lunes, 21 de junio de 2010

Galileo

El siguiente es un extracto de un articulo del astrofisico y profesor uruguayo Daniel Altschuler publicado en el periodico Dialogo de la Universidad de Puerto Rico:

…y dijo en presencia de los Israelitas: Sol, detente en Gabaón; Y tú, Luna, en el valle de Ajalón. Y el sol se detuvo y la luna se paró...
 Josué 10:11

Lo primero que surge a la mente cuando se menciona a Galileo es su conflicto con la Iglesia Católica y su juicio por la Inquisición bajo el papado de Urbano VIII,
celebrado en 1633 en Roma. Galileo, luego de que se le mostraran los instrumentos de tortura disponibles, decidió abjurar y recitó de rodillas el texto que se le había preparado y que decía en parte: "Yo, Galileo Galilei, hijo del difunto florentino Vincenzo Galilei, de setenta años de edad, compareciendo personalmente en el juicio y arrodillado ante Vosotros, Eminentísimos y Reverendísimos Cardenales, Inquisidores generales contra la perversidad herética en toda la República Cristiana, teniendo ante mis ojos los Sacrosantos Evangelios que toco con mis propias manos, juro que siempre he creído, creo ahora y con la ayuda de Dios creeré en el futuro, todo aquello que considera, predica y enseña la Santa, Católica y Apostólica Iglesia. Mas como por este Santo Oficio, tras haber sido jurídicamente intimado mediante mandato a que de cualquier modo debía abandonar totalmente la falsa opinión de que el Sol es el centro del Universo y que no se mueve, y que la Tierra no es el centro del Universo y que se mueve, y que no podía sostener, defender ni enseñar en modo alguno, ni de palabra ni por escrito, la mencionada falsa doctrina, y después de haberme sido notificado que la citada doctrina es contraria a las Sagradas Escrituras, por haber yo escrito y publicado un libro en el cual trato de dicha doctrina y aporto razones muy eficaces en favor suyo sin aportar solución alguna, he sido juzgado vehementemente como sospechoso de herejía, esto es, de haber creído y sostenido que el Sol es el centro del Universo y que es inmóvil, y que la Tierra no es el centro y que se mueve.
Yo, Galileo Galilei, he abjurado, jurado, prometido y me he obligado del modo que figura más arriba. En testimonio de la verdad he escrito la presente cédula de abjuración y la he recitado palabra por palabra en Roma, en el convento de Minerva, este 22 de junio de 1633."
Fue condenado por el Tribunal: “Ti condaniamo al carcere formale in questo S.o Off.o ad arbitrio nostro; e per penitenze salutari t’imponiamo che per tre anni a venire dichi una volta la settimana li sette Salmi penitenziali", conmutada en seguida a prisión domiciliaria, ya que nadie, en el caso de Galileo, quería ensangrentarse las manos.
En realidad Galileo, como buen católico, trató de advertir a la Iglesia de los problemas a los cuales se exponía si atacaba una teoría del universo que luego se probara como cierta. En su carta a Cristina de Lorena, Gran Duquesa de Toscana (escrita en 1615 y publicada en 1636) dice en relación a esta situación: "El motivo, pues, que ellos aducen para condenar la teoría de la movilidad de la Tierra y la estabilidad del Sol es el siguiente: que leyéndose en muchos párrafos de las Sagradas Escrituras que el Sol se mueve y la Tierra se encuentra inmóvil, y no pudiendo ellas jamás mentir o errar, de ahí se deduce que es errónea y condenable la afirmación de quien pretenda postular que el Sol sea inmóvil y la Tierra se mueva."
En una carta del 1615 dirigida al padre Antonio Foscarini, el influyente teólogo jesuita Roberto Cardenal Bellarmino (1542-1621) (uno de los que condenaron a Giordano Bruno a la hoguera) expresa la postura de la Iglesia: "Digo que me parece que vuestra paternidad y el señor Galileo obran prudentemente al contentarse con hablar hipotéticamente y no absolutamente, como yo siempre he creído que había hablado Copérnico, pues decir que, supuesto que la Tierra se mueve y que el Sol está inmóvil, se salvan mejor todas las apariencias que suponiendo las excéntricas y los epiciclos, está muy bien dicho y no supone peligro alguno; y esto le basta al matemático. Querer afirmar que el Sol realmente está fijo en el centro del mundo y solamente gira sobre si mismo sin correr de oriente al occidente, y que la Tierra sea tercera en el cielo y gire con mucha velocidad alrededor del Sol, es cosa muy peligrosa no solo por irritar a todos los filósofos y teólogos escolásticos, pero también por perjudicar a la Santa Fe al hacer falsas las Sagradas Escrituras. Pero Galileo, imprudente, no se contentó con esto y afirmó que no es lo mismo demostrar que, supuesto que el Sol esté en el centro y la Tierra en el cielo se salvan las apariencias que demostrar que verdaderamente el Sol esté en el centro y la Tierra en el cielo."
Así las cosas, la Iglesia bajo el papado de Pablo V, luego de muchas consultas, decidió en 1616 que el copernicanismo era herético y prohibió la publicación del libro de Copérnico hasta que no se le hicieran ciertas correcciones que indicaran claramente que se hablaba de forma hipotética.
En febrero del año 1616, Bellarmino a instancias de Pablo V, le informó a Galileo en un confuso incidente (algunos piensan que se falsificaron documentos) que la congregación del Santo Oficio había declarado que el copernicanismo era opuesto a las Sagradas Escrituras y se le indicó que la Inquisición había prohibido sostener, defender y enseñar la hipótesis copernicana. Sin embargo, en una reunión entre Galileo y el Papa Pablo V, éste le indicó que entendía la situación y que Galileo no tenía porqué preocuparse.
En el 1625 Galileo comenzó a trabajar en su obra Dialogo sopra i due massimi sistemi del mondo, Tolemaico e Copernicano y al publicarla en 1632, causó una tormenta a pesar de haber sido autorizado por las autoridades eclesiásticas. Urbano VIII, nombrado Papa en 1623, se sintió traicionado por Galileo, porque su tratado defendía con claridad el sistema copernicano, ignorando las instrucciones de 1616.
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lunes, 7 de junio de 2010

Genoma artificial

Hace unos dias se informo que el cientifico americano J. Craig Venter y su equipo de investigadores habian logrado ensamblar mediante procesos quimicos el genoma entero de una bacteria (Mycoplasma mycoides) y lo habian transplantado a otra especie de bacteria estrechamente relacionada a ella (Mycoplasma capricolum). Este proceso en efecto creo una nueva especie ya que algunos genes de funciones prescindibles fueron eliminados intencionalmente del genoma durante el procedimiento. La nueva celula se ha venido reproduciendo normalmente.
La intervencion divina o magia que muchos reclaman como imprescindible para la existencia de vida sigue perdiendo asi aun mas su validez.

"La ciencia nos hace volar a la Luna, la religion nos hace volar contra edificios." - Victor Stenger
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