jueves, 29 de agosto de 2013

ZOMBIS


El Ophiocordyceps unilateralis es un hongo que parasita hormigas carpinteras (Camponotusi). Las esporas germinan en las vías respiatorias de la hormiga y su talos crecen alimentándose de los tejidos blandos mientras se dirigen a su cerebro. Una vez allí inducen a la hormiga a un comportamiento anómalo y totalmente contrario su interés: cae de uno de los troncos en los que habitualmente se encuentra, trepa a una planta hasta unos 25 cms de altura, se dirige a la cara inferior de una hoja, busca una de las venas principales y se aferra de ella apretando sus mandíbulas. Poco después la hormiga muere y queda sujeta. En los siguientes días hifas de los hongos continuarán creciendo y emergerán micelios ayudando a fijar a la hormiga debajo de la hoja. Eventualmente brotará de la cabeza de la hormiga un estroma con un cuerpo fructífero lleno de esporas. Una vez que las esporas maduran el cuerpo fructífero explotará. Y las esporas, cayendo desde una ubicación estratégica para maximizar su dispersión sobre otras hormigas, las infectarán y cumplirán un ciclo más.
Son varios los parásitos que controlan el comportamiento de sus húespedes: insectos, gusanos, hongos, protozoarios. La lista de húespedes controlados es aún mayor. Y seguramente nos incluye.
El protozoario toxoplasmosa gondii parasita prácticamente cualquier animal. Pero necesita de los intestinos de felinos para reproducirse. Se ha comprobado que altera el comportamiento de ratones y ratas infectadas haciéndolos presas más fáciles de gatos. También hay sólidos indicios de que altera el comportamiento de humanos. ¿Tener gatos como mascotas y encargarnos sistemáticamente de limpiar sus heces es una decisión solamente nuestra?
¿A quién beneficia realmente estornudar? ¿A nosotros? ¿O a las bacterias y virus? ¿Y la diarrea?
Se han detectado cambios de comportamiento sexual en portadores de patógenos de transmisión sexual no explicados y que sugieren la facilitación de su transmisión. ¿Son sólo casualidad?
"Hagamos al hombre a nuestra imagen, según nuestra semejanza; y que le estén sometidos los peces del mar y las aves del cielo, el ganado, las fieras de la tierra, y todos los animales que se arrastran por el suelo." (Génesis 1:26). ¿Sometidos? ¿Seguro?
Bajo una visión simplista de una creación inicial y única o de diseño inteligente es díficil explicar la diversidad de estos organismos y sus relaciones. Pero asumiendo el mundo biológico que describió Darwin, uno de lucha por la existencia y en guerra incesante, aún silenciosa e inmóvil, es posible comprender la naturaleza y su funcionamiento. Y específicamente respecto al control de comportamiento por parásitos, encaja perfectamente en la idea del "fenotipo extendido" propuesta por Richard Dawkins.
"Como hay muchos más individuos nacidos de cada especie de los que pudieran sobrevivir, y consecuentemente hay frecuentemente una recurrente lucha por la existencia, se desprende que cualquier ser que variara aún apenas en forma beneficiosa para él, bajo las complejas y a veces cambiantes condiciones de vida, tendrá una mejor chance de sobrevivir y así será seleccionado naturalmente." - Charles Darwin
"Se podría decir que la selección natural está escudriñando diariamente y hora a hora a través del mundo cada variación, aún la más pequeña, rechazando la que es perjudicial, preservando y acumulando todas las que son buenas; silenciosamente e incesantemente trabajando, donde sea y cuando sea que se ofrezca oportunidad, en el mejoramiento de cada ser orgánico en relación a sus condiciones de vida orgánicas e inorgánicas." - Charles Darwin
"Así, de la guerra de la naturaleza, del hambre y la muerte, el más encumbrado objeto que seamos capaces de concebir, o sea la producción de animales superiores, le sigue directamente." - Charles Darwin
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