lunes, 11 de enero de 2016

EL MEJOR SEXO IMAGINABLE DURANTE DOS MILLONES DE AÑOS DEJADO DE LADO POR CAMINATAS POR EL BOSQUE

Nuevos estudios de los genomas íntegros del humano y sus más cercanos parientes contemporáneos basados en diferente coalesencia de secuencias genéticas, "relojes moleculares" y tamaño de las poblaciones, indican que el proceso de separación entre el humano y nuestros parientes habría comenzado hasta dos millones de años antes de su separación final.
Esas especies vivientes más cercanas al humano son el chimpancé y el bonobo, que es un muy próximo pariente del chimpancé  y que también es conocido como "chimpancé pigmeo" a pesar de ser más alto que el chimpancé común.
No sería improbable entonces, según lo sabido de su ecología y registro fosilífero, que ese ancestro común hubiese compartido en buena medida el comportamiento social de nuestros actuales parientes , incluyendo la particular disposición a la sexualidad del bonobo. La actividad sexual en el bonobo juega un papel preponderante en su sociedad. Es usada a manera de saludo, como medio para establecer vínculos, como forma de resolución de conflictos, a manera de reconciliación y a los efectos de promover orden en general. Con la excepción del humano, el bonobo es el único animal observado copulando cara a cara, haciendo sexo oral y usando la lengua para besarse. Sus relaciones no son monógamas, no discriminan en base a género, edad ni relación familiar.
Diferentes actos sexuales son realizados entre machos para resolver conflictos. Más importante aún es la sexualidad entre hembras ya que les permite establecer fuertes vínculos usados luego para establecer domino sobre machos. Una variedad de actos son usados entre las hembras en estos casos y son repetidos cada algunas horas.
Su vida diaria es permeada de continuo por el sexo a modo de establecer orden en su comunidad y relaciones. Por ejemplo, a los efectos de controlar la excitación y disminuir la tensión cuando encuentran nuevas áreas de alimentación, es común verlos entablar una actividad sexual colectiva que resultará en un proceso pacífico y ordenado.
Dos millones de años habría tardado el proceso de separación entre el humano y sus parientes más cercanos desde su origen hasta el final. Dos millones de años de una muy probable e incesante sensualidad llena de inocencia, desinhibición y placer. Y lo cambiamos para poder dejar el árbol, y empezar a caminar.
En otro orden, esta nueva fecha de 4.000.000 millones de años atrás reduce la brecha con la explicación creacionista del origen humano. Ahora esos 6.000 años ya son el 0.15% del tiempo que dice la ciencia.

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